Se trata de la habilidad para trabajar duro en situaciones cambiantes o alternativas, con interlocutores muy diversos, que cambien en cortos espacios de tiempo, en jornadas de trabajo prolongadas sin que por esto se vea afectado su nivel de actividad.

Los 4 Niveles de esta competencia

A la hora de seleccionar o preseleccionar un/a candidato/a con iniciativa para una vacante en tu empresa encontrarás problemas. Uno de ellos, siendo uno de los más importantes, es clasificar correctamente las competencias y aptitudes del candidato.

A continuación te explicamos, en orden ascendente, los 4 niveles en que se puede dividir la competencia de dinamismo. Esta práctica es llevada a cabo con el fin de poder clasificar de una forma más precisa a los sujetos.

Nivel 1

• Tiene escasa predisposición para el trabajo duro en largas jornadas; su rendimiento decrece en situaciones tensas y largas.

Nivel 2

• Normalmente muestra capacidad de adaptarse a situaciones cambiantes.
• Disfruta con los retos que se le presenten.
• Posee un buen autocontrol en situaciones cambiantes en las que no tiene control.
• Los cambios no afectan a su rendimiento la gran mayoría de las veces.

Nivel 3

• El individuo genera retos en el ambiente laboral y personal.
• Disfruta del cambio constante.
• Le provoca hastío la monotonía (tanto laboral como personal).
• Trabaja enérgicamente incluso en ambientes cambiantes.

Nivel 4

• Alta capacidad para adaptarse a los cambios.
• Se anticipa a los cambios en su entorno.
• Muestra su disposición a trabajar enérgicamente en ambientes cambiantes.
• También fomenta la pasión por los cambios a sus compañeros mostrándoles las ocasiones que pueden brindar estos (característica común en individuos con elevada competencia de orientación a resultados).
• Su productividad no se ve alterada pese a largas jornadas o trabajos complejos.

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